Conectando con los lectores
Todos tenemos ese primer libro que significó un antes y un después, que se quedó no solo en nuestra mente, sino también en nuestro corazón, por ello invitamos a nuestra autora Elizabeth Estrada para que nos contara cuál fue ese libro para ella:
Detrás de las palabras plasmadas en
cada libro existe una persona con una historia. Siempre he pensado que, sin
importar la trama, inevitablemente el autor se proyecta en lo que escribe y es
eso lo que hace que los libros conecten o no con sus lectores. Cuando logras
transmitir a través de cada personaje las emociones mas profundas que todo ser
humano experimenta en el transcurso de la vida, estás conectando con la vida
del lector y es ahí en donde ocurre la magia.
Existen varios libros que han
robado mi atención y aportado a mi crecimiento como persona y como profesional,
sin embargo, hoy quiero hablar de uno en específico que fue un parteaguas en
mi vida; existió una versión mía antes de ese libro y otra versión después. He
ahí la importancia de conectar con el lector, un libro no es solamente un
conjunto de hojas de papel con letras reunidas para relatar una historia, un
libro puede ser una herramienta de ayuda para transformar tu vida, un libro
puede impactar vidas de formas inimaginables. Sumergirte en la historia de un
libro es sumergirte a un mundo creado por otra persona que te esta mostrando
que el mundo que vives puede ser el que decides crear.
Fue entonces cuando “La rueda de
la vida”, de Elizabeth Kübler Ross llegó a mis manos. Hoy entiendo que no fue
mera casualidad, era el momento justo para abrirme a recibir todo el
conocimiento que en esas páginas se albergaba. En ese entonces mi vida
transitaba por un mundo de preguntas sin respuestas, nadie podía responder a
mis interrogantes y eso cada vez me llenaba de mayor frustración y desesperanza.
Cuando comencé a leer “La rueda
de la vida”, de inmediato sentí la conexión con la autora, pues me identifiqué
con su formación académica y el conflicto existencial que a ella le generó
cuando la vida la obligó a contrastar la parte profesional con lo que ella
estaba experimentando en el mundo real. Era justo por lo que yo iba a pasar una
vez que tomara la decisión de abrirme al mundo por el que ella ya había
transitado. El mundo del misticismo y
del cuestionamiento de todo lo que nos dijeron que era real.
Poco a poco me fui adentrando a
la historia y cada vez me sorprendía el gran parecido que tenía con la mía, y
entonces me preguntaba ¿Es posible que lo que me está sucediendo a mí, les
suceda a varias personas? Cuando experimentamos situaciones difíciles en la
vida, tendemos a creer que solo está sucediéndonos a nosotros sin embargo no es
así. Todas las personas pasamos por situaciones que nos rebasan por el solo hecho
de que así funciona la vida. En ese momento me sentí acompañada y comprendida. Sentí
que estaba saliendo de una visión de túnel por la que llevaba meses
transitando, pude ver el panorama mucho más claro y el mundo de las
posibilidades comenzaba a cobrar sentido.
Cuando terminé de leer ya tenía
las respuestas a las interrogantes que hasta ese momento nadie había podido
responder y la sensación que siguió a eso fue maravillosa, cómo si se hubiera
desenredado un gran nudo en mi cabeza y entonces las emociones comenzaron a
fluir. Tal fue la influencia de ese libro en mi vida que me motivó a estudiar una
de las disciplinas que la autora había investigado y fue entonces cuando todo
mi mundo comenzó a cobrar un nuevo sentido.
Es increíble como puedes llegar a
sentir tanta cercanía y familiaridad con alguien a quien ni siquiera conoces y
no sabes si algún día vas a conocer (en mi caso la autora ya había trascendido).
Cuando estás del otro lado como autor, como la persona que está plasmando una
gran cantidad de palabras en una historia; no tienes ni idea de la cantidad de
personas a las que puedes llegar a tocar a gran profundidad y eso es
maravilloso.
Ese libro fue el impulso para
tomar decisiones importantes en los años posteriores e incluso fue el principal
motivador para escribir y publicar mi propio libro “Cuando la muerte me enseño
a vivir”. El proceso de publicación de un libro es increíblemente maravilloso,
muchos pueden escribir, incluso me atrevo a pensar que más personas de las que
creemos tienen en su computadora archivos llenos de historias, o libretas
escondidas llenas de historias increíbles. Sin embargo, para llegar a la etapa
de publicar esa historia se requiere tener la valentía de atravesar una gran
brecha a la que le llamaría inseguridad. Es fácil tener un sueño, y si ese
sueño está en tu mente; créeme está ahí porque puedes lograrlo. Lo difícil llega
a la hora de creer que puedes manifestarlo si te lo propones.
Todos tenemos una historia que
contar, es difícil creer que exista una historia aburrida o sin nada que
aportar, entonces ¿Cuál es la diferencia entre un escritor o autor y un lector?
Creo que la diferencia se encuentra en que el primero se atrevió a romper la
brecha que lo separaba de un sueño a un resultado manifestado y el otro se
quedó en el sueño. Así que te invito a que te preguntes ¿de qué manera quieres
contar tu historia al mundo? Y lograr que tus sueños evolucionen al plano de lo
material y de aquello que quieres ver manifestado.
Una de las lecciones más valiosas
que me trajo la lectura de “La rueda de la vida” y el haber escrito “Cuando la
muerte me enseñó a vivir”, es que no importan los cómo, cuando quieres
transmitir genuinamente tu experiencia al mundo, la vida te pone los medios y
te guía para logar aquello que quieres lograr siempre.